Después de convertirme en madre recuperé el peso en tiempo récord. La mayoría de amigos y familiares siempre me dice que estoy estupenda tras la maternidad, pero como suele ocurrir, lo que no se ve es mucho mas importante que lo que se ve por fuera. Tras unos meses con las hormonas locas, volver a trabajar y conciliar, empecé a notarme que iba bastante acelerada, algo que yo atribuía a ser madre, trabajar fuera de casa, y el estrés habitual de estos primeros meses de vida del pequeño. Pero una analítica me descubrió un problema con la glándula de las tiroides y, sorpresa, descubrí otra de las consecuencias de ser madre y de la que yo era totalmente desconocedora. La tiroiditis postparto.
No era normal que yo me sintiera así, todo ello era consecuencia de este desajuste. Esta patología me aceleró tanto el metabolismo que bajé peso y hasta tuve taquicardias y ansiedad. Gracias a la medicación logré estabilizarme aunque ahora he pasado a hipotiroidismo. Como diría mi madre, de Guatemala a Guatapeor. Lo único bueno es que todavía estamos a tiempo de revertirlo y evitar que sea crónico. En cuestión de meses lo sabremos, ahora toca seguir las pautas alimentarias, cambiar las costumbres, bajar revoluciones y cruzar los dedos para que todo vuelva a ponerse en su sitio.